Viajar entre mujeres por Latinoamérica: lo que vivimos en Colombia
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Viajar siendo mujer no es lo mismo que viajar sola.
Hay algo distinto cuando compartís el camino con otras que sienten, sueñan y se animan igual que vos.
En nuestro viaje por Colombia, descubrimos eso que no se muestra en los folletos:
la complicidad, las risas que aparecen sin motivo, las charlas profundas en un transfer o mirando un atardecer.
✨ En Medellín, caminamos juntas por la Comuna 13, donde el arte y la esperanza cubren cada pared.
Y en Provenza, entre cafés y flores, entendimos que las ciudades también pueden sanar sus heridas, igual que las personas.
🌴 En Cartagena, el calor no solo venía del sol: venía de la gente.
De la música que te sigue en cada esquina, del color de las calles, y de la libertad de bailar sin que nadie te mire raro.
Allí brindamos al atardecer sobre la muralla y dijimos: esto es vivir el momento presente.
🌅 En Santa Marta, bajamos las revoluciones.
El mar, los pies en la arena, y esa sensación de que el Caribe tiene su propio tiempo.
Nos recordó que la calma también puede ser una forma de felicidad.
Viajar entre mujeres no es solo conocer un destino.
Es construir una red invisible de apoyo, fuerza y amor propio.
Es volver con nuevas amigas y con partes tuyas que ni sabías que te estaban esperando.
Y si algo nos dejó este viaje, es la certeza de que cuando las mujeres viajan juntas, el mundo se vuelve un poco más seguro, más hermoso y más nuestro. 💫
¿Con quién te gustaría vivir tu próximo viaje así? 💬